Nuestro mundo, todo nuestro universo, toda nuestra realidad, exterior
e interior, pasa y depende de un órgano vital. Un órgano que tamiza,
filtra, escoge, decide, aprende, prevé, intuye, construye e incluso
inventa nuestras sensaciones, nuestras percepciones y nuestras
experiencias. Ese órgano es el cerebro,
el más perfeccionado y evolucionado instrumento con el que contamos. Es
un órgano que recibe datos, procesa información y toma decisiones; el
alto mando de esa guerra diaria a la que llamamos vida, el comandante al
cargo de lo que vemos, sentimos y experimentamos en cada momento. Una
de sus funciones más importantes es la de interpretar las señales y
estímulos que recibe y actuar en consecuencia. En plena era de Internet
podríamos comparar al cerebro como
un eficiente gestor al mando de toda una serie de redes de datos e
información, a partir de las cuales realiza predicciones y toma
decisiones.
¿Cómo surge el dolor?
Nos trasladamos hasta Álava para hablar con Arturo Goicoechea, Jefe de la Sección de Neurología del Hospital de Santiago en Vitoria y,
de camino a su encuentro, tropiezo con uno de los escalones y caigo de
bruces al suelo… al instante, mi rodilla golpeada contra el duro
pavimento de la calzada, comienza a dolerme intensamente. La rodilla me
duele, pero… ¿es ahí donde se produce el dolor?
La respuesta es no.