Uno
de los equipos utilizados durante el tratamiento de fisioterapia es el
ultrasonido. ¿Para qué sirve? es la pregunta que frecuentemente hacen
los pacientes que asisten a nuestro centro a recibir tratamiento
fisioterapéutico. La motivación de la interrogante es que durante su
aplicación no se percibe ningún efecto físico que informe que el equipo
esta haciendo “algo”.
A diferencia de la aplicación del calor y frío que reportan sensaciones inmediatas, el ultrasonido no transmite estos cambios, por lo menos de manera apreciable por el paciente. Aquí es relevante el conocimiento profesional de uso y aplicación. Muy distante de ser un placebo, el ultrasonido tiene usos y efectos comprobados.
A diferencia de la aplicación del calor y frío que reportan sensaciones inmediatas, el ultrasonido no transmite estos cambios, por lo menos de manera apreciable por el paciente. Aquí es relevante el conocimiento profesional de uso y aplicación. Muy distante de ser un placebo, el ultrasonido tiene usos y efectos comprobados.
El ultrasonido es un
equipo que transfiere ondas mecánicas de mayor frecuencia que las del
sonido, a través de un medio físico (gel), que permite que pueda
propagarse y transmitir energía (calor profundo) gracias a la vibración
que producen dichas ondas.
Con la vibración, se produce un movimiento celular que mejora la cicatrización, así como también, un aumento de la temperatura en la zona en donde fue aplicado. En la profundidad de los tejidos existen escasos o casi nulos receptores de calor, motivo por el cual el cambio de temperatura producido por el ultrasonido no es percibido por el paciente. Entonces, ¿Cuál es el criterio para aplicarlo?
Con la vibración, se produce un movimiento celular que mejora la cicatrización, así como también, un aumento de la temperatura en la zona en donde fue aplicado. En la profundidad de los tejidos existen escasos o casi nulos receptores de calor, motivo por el cual el cambio de temperatura producido por el ultrasonido no es percibido por el paciente. Entonces, ¿Cuál es el criterio para aplicarlo?
Algunos de los
criterios son el tiempo, el tamaño del área a tratar y del cabezal. El
tiempo de aplicación depende del cabezal que se utilice (hay cabezales
desde 1cm hasta 5cm de diámetro) y el tamaño de la zona o músculo en
donde vaya a colocarse. Por lo general, su aplicación va de 2 a 6
minutos y sólo durante las primeras sesiones de fisioterapia; esto se
debe a que el ultrasonido persigue apoyar las primeras fases del proceso
de cicatrización: la inflamación, que normalmente dura máximo 5 días, y
la fibroplasia, que dura máximo 3 semanas. Si trasladamos este tiempo
en el calendario y consideramos que las sesiones de fisioterapia tiene
una frecuencia de 3 veces por semana, tenemos que en promedio las
primeras 8 sesiones de fisioterapia consideran la aplicación del
ultrasonido. Existen variaciones personales, como el tipo y tiempo de
cicatrización, factores que valorados por el fisioterapeuta, marcan la
pauta de uso de este agente físico. Conocido esto, cada vez son menos
los pacientes que resultan sorprendidos al pensar que con tan corta
aplicación y en tan pocas sesiones de fisioterapia éste pequeño equipo
logre mejorar la cicatrización.
Para lograr comprender como funciona el ultrasonido terapéutico debemos conocer sobre los fenómenos físicos que producen las ondas sonoras
FRECUENCIA Y LONGITUD DE ONDA
La frecuencia es, precisamente, lo que define a los ultrasonidos y los
distingue de los sonidos. La frecuencia está muy directamente
relacionada con la absorción y la atenuación del haz, de forma que, a mayor frecuencia, el ultrasonido se absorbe más rápidamente.
Utilizaremos frecuencias de de 0,5 a 1 MHz para tratar estructuras
profundas y reservaremos las frecuencias más altas, de 2 hasta 3 MHz,
para tratar piel y tejido subcutáneo.
La longitud de onda en
un haz de ultrasonido es la distancia existente entre dos planos
inmediatos de partículas del medio que estén en el mismo estado de
movimiento. Es igual, como en cualquier otro tipo de onda, a la
velocidad de propagación de la onda dividida por la frecuencia. Debemos
tener en cuenta que vamos a mantener constante la frecuencia, pero la
velocidad va a depender del medio que esté atravesando en ese momento,
por lo que, al ser la velocidad muy variable en tejidos orgánicos, la
longitud de onda también lo será.
VELOCIDAD DE TRANSMISIÓN
La velocidad a la que los ultrasonidos se transmiten por un medio
determinado depende de la densidad y de la elasticidad de dicho medio.
Esta velocidad es fundamental, pues no sólo es uno de los factores que
intervienen en la producción del eco, sino que además es la base para
calcular la impedancia acústica, que a su vez es clave para la
absorción.
La velocidad de propagación de un haz de ultrasonido a
través de diversas sustancias es muy variable (tabla1). Las diferencias
son poco acusadas entre tejidos blandos, hígado, riñón, cerebro o
plasma, cercanos todos ellos a los 1.540 m/s. En el caso del aire (343
m/s), pulmón (650 m/s) y hueso (3.500 m/s), la muy distinta velocidad de
transmisión del ultrasonido significa intensos ecos. Más adelante
veremos que éstos producen dificultade3s cuando la zona que estamos
tratando nos obligue a incluirlos dentro del haz.
IMPEDANCIA ACÚSTICA
La impedancia acústica
es una característica del medio que atraviesa el ultrasonido. Relaciona
la velocidad que la partícula adquiere en el momento de su vibración y
la presión a la que está sometida. La impedancia da idea de la facilidad
que un determinado medio ofrece al paso de ultrasonidos a su través.
Se conoce habitualmente con la letra Z y es igual al producto de la
densidad del medio por la velocidad de transmisión del ultrasonido en
ese medio (Z= V). La reflexión se produce al intentar
pasar el ultrasonido de un medio a otro con distinto Z. Si los medios
tienen impedancias muy distintas, el ultrasonido se reflejará casi en su
totalidad y no podrá alcanzar los órganos situados más profundamente.
ENERGÍA, POTENCIA E INTESIDAD
El haz de ultrasonidos transporta una determinada cantidad de energía
producida por el transductor; si la consideramos por unidad de tiempo,
es lo que se conoce como potencia. La unidad de potencia es el vatio (W). Dividiendo la potencia por la superficie del haz, obtenemos la intensidad (W/cm²), que es uno de los parámetros más importantes que hay que tener en cuenta en los tratamientos con ultrasonidos.
Así pues, para saber la cantidad de ultrasonidos que están llegando en
cada momento a una zona, deberemos referirnos a la intensidad o densidad
de potencia. Habitualmente, en tratamientos con ultrasonidos que están
llegando en cada momento a una zona, deberemos referirnos a la
intensidad o densidad de potencia. Habitualmente, en tratamientos con
ultrasonidos, utilizamos intensidades de entre 0,5 y 2,5 W/cm².
La Organización Mundial de la Salud (OMS) limita la intensidad (en
emisión continua) a un máximo de 3 W/cm². En ecografía, las intensidades
son mucho más bajas oscilan entre 1 y 10 mW/cm².
ATENUACIÓN
El haz de ultrasonidos va perdiendo intensidad conforme va avanzando
por los tejidos. Esta pérdida por unidad de longitud se denomina atenuación.
La atenuación se produce por diferentes factores, desde la propia
absorción de ultrasonidos por el medio hasta las diversas reflexiones
que puedan producirse por in homogeneidad del medio. También se producen
dispersiones y pérdidas de dirección por refracción que lo hacen
ineficaz a efectos terapéuticos.
La atenuación es de tipo exponencial. Para los ultrasonidos se establece el coeficiente de atenuación, que varía con las propiedades del medio y con la frecuencia del ultrasonido (tabla 2).
La atenuación es directamente proporcional a la frecuencia del
ultrasonido utilizado, por lo que debemos esperar una mayor pérdida de
intensidad del haz en profundidad, con ultrasonidos de mayor frecuencia.
En la tabla 3 se muestra la profundidad media en algunos tejidos
biológicos, para ultrasonidos de 1 y 3 MHz. Puede apreciarse lo que ya
hemos señalado: si queremos tratar órganos profundos, deberemos emplear
frecuencias más bajas (de 0,5 a 1 MHz).
La atenuación también
depende de las características del medio. Los tejidos con mayor
contenido en proteínas estructurales (cartílago, tendones, cápsula
articular, ligamentos extracapsulares, músculos) absorben mayor cuantía
de energía ultrasónica. Podemos decir que el hueso atenúa, a igualdad de
frecuencia, 20 veces más que el músculo y otros tejidos blandos, por lo
que todo lo situado detrás de un hueso recibirá mucha menos dosis.
HAZ DE PROPAGACIÓN
En
un medio homogéneo, los ultrasonidos se propagan en línea recta. Cuando
están producidos por un cristal, forman un haz, del cual sólo nos es
útil la parte más cercana al transductor, que es donde el frente de
ultrasonidos aparece plano: ésta se denomina zona de Fresnel. A partir de esta zona, el haz comienza a abrirse en la llamada zona de Fraunhoffer.
Aunque existen y, de hecho, utilizamos diversas técnicas para focalizar
el haz, es importante recordar que la posibilidad de dirigir un haz con
exactitud es mayor cuanto más elevada sea su frecuencia; sin embargo,
su capacidad de penetración será menor.
Debido a este comportamiento no homogéneo del haz de ultrasonidos, debe considerarse el coeficiente de no uniformidad del haz (Beam no-uniformity Ratio- BNR. El BNR no debe ser menor de 4; para cabezales de aplicación correctamente fabricados, se sitúa entre 5 y 6.
REFLEXIÓN Y REFRACCIÓN
Cuando
un haz de ultrasonidos va por un medio determinado con una impedancia Z
y encuentra, perpendicular a su trayectoria, otro medio distinto con
impedancia Z, se produce una reflexión de parte del haz, que llamamos
eco. Éste será tanto mayor cuanto mayor sea la diferencia de impedancia
entre ambos medios, siguiendo la fórmula:
( Z2 - Z1 )²
E = —————
(Z2 + Z1)²
La reflectividad depende de la impedancia acústica de los diferentes
medios (tabla 4). Si la diferencia de impedancia entre ambos medios es
grande -como ocurre, por ejemplo, en el paso de tejido a aire-, la
proporción de ultrasonido reflejado es casi 1, con lo que no pasa el haz
al segundo medio. De ahí la importancia de evitar gases y la necesidad
de utilizar sustancias de acoplamiento (gel, aceite, agua…) entre el
emisor y la piel del paciente.
En el interior del cuerpo humano
se produce una reflexión significativa en las interfases entre tejidos
blandos y hueso. Si el haz encuentra a su paso un medio de impedancia
muy diferente, al intentar pasar la interfase que separa a los dos
medios, se verá reflejado en su mayor parte, por lo que apenas quedará
energía para los tejidos situados más profundamente. Además, la zona
proximal cercana al cambio de medio verá muy incrementada su dosis. Esta
situación se da al intentar atravesar el hueso y, sobre todo, el pulmón
o una burbuja de aire gástrica o cólica, y puede obligarnos a buscar
“ventanas acústicas”, es decir, tejidos a través de los cuales nuestro
haz pueda llegar con suficiente energía a la zona que deseamos tratar.
Los haces incidentes y reflejados pueden superponerse, por lo que pueden
atenuarse o intensificarse entre sí. En el caso de que la interferencia
produzca intensificación, la intensidad aumenta al generarse una onda
estacionaria. Para reducir o evitar este problema, la aplicación se
realiza movilizando continuamente el cabezal o aplacador, y utilizando
la intensidad más baja necesaria.
CAVITACIÓN Y SEUDOCABITACIÓN
Se
utilizan intensidades muya altas, las presiones y tracciones que sufre
el medio atravesado por el ultrasonido pueden llegar a ser tan grandes
que literalmente, se desgarre, por lo que sobre el hueco se concentrará
más el haz. Este fenómeno se denomina cavitación y no debe producirse a
las intensidades utilizadas habitualmente en medicina.
Sí que
puede ocurrir que en la tracción, al atravesar un líquido orgánico, se
produzcan pequeñas burbujas del gas disuelto en ese líquido. Es la
llamada seudocavitación.
MECANISMOS DE ACCIÓN
ACCIÓN DE LOS ULTRASONIDOS SOBRE TEJIDOS ORGÁNICOS
El efecto terapéutico de los ultrasonidos es complejo y está
determinado por diferentes efectos, que se entremezclan. Es difícil
determinar su importancia relativa en los diferentes cambios biológicos
observados:
- Acción térmica: la energía de los
ultrasonidos absorbida por los tejidos atravesados por el haz termina
transformándose en calor y a aumentando la temperatura de la zona
tratada. Las moléculas de los tejidos se someten a vibraciones de
elevada frecuencia y, a consecuencia del rozamiento, la energía mecánica
adquirida por las moléculas acaba transformándose en calor.
En
una aplicación fija, la temperatura puede elevarse a los pocos
segundos, alrededor de 6 grados en la zona más próxima al transductor y
en torno a 3 grados en zonas más alejadas; posteriormente, tiende a
permanecer constante. El flujo sanguíneo tiende a sustraer calor de esa
zona; así evita que se recaliente demasiado. En los habituales
tratamientos por deslizamiento, la temperatura varía de manera continua,
con valores - en conjunto- menores que en aplicaciones fijas.
Todos los efectos biológicos producidos por el calor local son
aplicables a los ultrasonidos terapéuticos, con acciones similares, en
este sentido, a las de radiación infrarroja, diatermia, microondas o la
simple aplicación de una bolsa de agua caliente sobre la piel.
- Acción mecánica: en el apartado correspondiente a los principios físicos, veíamos
cómo los ultrasonidos podían asimilarse a una vibración que produce
ondas de presión en los tejidos. De esta manera, se ven sometidos a unos
movimientos rítmicos alternativos de presión y tracción, que producen
una especie de micromasaje celular, con modificaciones de la
permeabilidad y mejora de los procesos de difusión. El metabolismo
celular está aumentado, a lo que contribuye también la vasodilatación
inducida por el calor.
Los efectos mecánicos sobre los líquidos
son mucho menos importantes, si exceptuamos la cavitación y
seudocavitación ya explicadas.
- Acción química: junto con las acciones anteriores puede observarse una mayor facilidad para la difusión de sustancias. Los ultrasonidos hacen penetrar agua en coloides y pueden transformar geles en soles.
EFECTOS BIOLÓGICOS
Como consecuencia de estas acciones, observaremos en la zona tratada una serie de efectos biológicos, que incluyen:
- Vasodilatación de la zona con hiperemia y aumento del flujo sanguíneo.
- Incremento del metabolismo local, con estimulación de las funciones celulares y de la capacidad de regeneración tisular.
- Incremento del metabolismo local, con estimulación de las funciones celulares y de la capacidad de regeneración tisular.
- Incremento de la flexibilidad de los tejidos ricos en colágeno, con disminución de la rigidez articular y de la contractura, en combinación con cinesiterapia.
- Efecto antiálgico y espasmolítico, que son los más útiles en lo que a indicaciones se refiere.
TÉCNICAS DE TRATAMIENTO
APARATOS DE ULTRASONIDOS TERAPÉUTICOS
Las unidades de ultrasonidos terapéuticos se encuentran constituidas,
básicamente, por una consola en cuyo interior se halla un circuito
oscilador de alta frecuencia y los mandos de control. El emisor
piezoeléctrico se encuentra en el cabezal, impermeable, y de diversos
tamaños y frecuencias.
Esencialmente, los mandos de control son:
puesta en marcha, intensidad, tiempo de aplicación y, algunas unidades,
mando de selección de emisión continua o pulsada. Si hay la
posibilidad, existe un selector de frecuencia de emisión; es necesario
el cambio de cabezal para cada frecuencia.
También existen aparatos más complejos para tratamientos combinados de ultrasonidos y electroestimulación.
MODALIDADES DE ULTRASONIDOS TERAPÉUTICOS
Los modos de aplicación son de forma continua o pulsátil. Su elección
depende de la respuesta que desee obtenerse en los tejidos.
La forma continua
consiste en la producción constante de ultrasonidos por parte del
transductor, de manera que el operador va moviéndolo, lenta y
suavemente, sobre la superficie de la piel y va cambiando su dirección,
para hacer llegar la energía de la manera más homogénea posible a la
zona que hay que tratar. Este sistema es más efectivo para elevar la
temperatura y aprovechar, así, los efectos térmicos.
La forma pulsátil se basa en
que el transductor corta el haz cada poco tiempo y reanuda, poco
después, la producción. El ultrasonido sale, así, en forma de pulsos de
mayor o menor duración y entre cada pulso hay un tiempo de espera, que
permite un cierto enfriamiento de los tejidos. Este sistema minimiza los
efectos térmicos y permite utilizar potencias mayores. Es lo que ocurre
en el caso de procesos inflamatorios agudos o en situaciones en las que
la zona presenta un escaso aporte sanguíneo o éste se encuentra
afectado.
SELECCIÓN DE LA FRECUENCIA E INTENSIDAD
Depende de la enfermedad que deseemos tratar, del tipo y profundidad
del tejido y de la modalidad de ultrasonido utilizado, continuo o
pulsátil.
Para la cicatrización de los procesos
inflamatorios, los efectos no térmicos a baja frecuencia suelen producir
una respuesta celular favorable; sin embargo, el modo continuo con
intensidades mayores de W/cm² puede retardar el proceso de reparación.
De forma esquemática para ultrasonidos continuos puede establecerse:
< 0,3 W/cm² (intensidad baja)
0,3-1,2 W/cm² (intensidad media)
1,2-2 W/cm² (intensidad alta)
En cualquier caso, debe preguntarse al paciente, con regularidad, sobre
su percepción del calor. En caso de que sea molesta o dolorosa, deberá
disminuirse la intensidad o pasar al modo pulsátil. El dolor
experimentado cuando la intensidad es muy elevada o el cabezal se
desplaza con excesiva lentitud proviene del periostio, y es signo de una
técnica inadecuada.
Si lo que se pretende es calentar tejidos
profundos dolorosos o contracturados, lo más idóneo es aplicar
ultrasonidos continuos a dosis de 1,5 a 2 W/cm². Los músculos absorben
dos veces más ultrasonidos que el tejido graso y el hueso, cuando se
consigue penetrar, absorbe diez veces más que los tejidos blandos.
Cuanta más energía ultrasónica absorbe el tejido, menos intensidad de
tratamiento se requiere.
Para la emisión pulsátil, hay que considerar la intensidad media. Para ello se tienen en cuenta la relación entre la duración del pulso y el período del pulso. En estos casos, se obtiene el ciclo de trabajo o funcionamiento:
Tiempo de emisión (duración del pulso)
CF = ——————————————————————
Tiempo de emisión + tiempo de pausa (período del pulso)
La mayoría de equipos de ultrasonidos tienen ciclos de trabajo que
oscilan del 5 (0,05) al 50% (0,5). Con un ciclo del 20% sólo se produce
un ligero efecto térmico. Conforme aumenta el ciclo de funcionamiento,
el efecto térmico aumenta.
También la emisión pulsátil se expresa como una simple relación pulso/pausa. Por ejemplo, para una relación 1:5,1 W/cm² en emisión pulsada corresponde a 0,2 W/cm² en emisión continua.
En cuanto a las frecuencias utilizadas, las frecuencias altas se
atenúan y absorben en las estructuras superficiales. Por ello, las altas
frecuencias 3 MHz pueden utilizarse cuando las estructuras que hay que
tratar se sitúan superficialmente (1-2 cm de profundidad de la
piel).Frecuencias de 0,5 a 1 MHz se utilizan para tratamiento de
estructuras profundas.
A la hora de seleccionar un cabezal,
aparte de la profundidad de la zona, hay que tener en cuenta su tamaño,
ya que debe ser mayor que la superficie del cabezal. En este sentido, ha
de considerarse que, como el material piezoeléctrico no vibra
uniformemente, el área de radiación efectiva (ERA) siempre es más pequeña que el área geométrica del cabezal.
ACOPLAMIENTO DEL CABEZAL
La superficie del transductor debe mantener el contacto plano, sin
angulaciones, con la superficie que hay que tratar, ya que, si el ángulo
que se forma entre el cabezal dicha zona es igual o mayor de 15º, se
pierde buena parte del ultrasonido por reflexión y, por lo tanto, el
efecto térmico puede disminuir o perderse.
Si queda aire
atrapado entre la piel del paciente y el transductor, la diferencia de
impedancia entre la superficie del cabezal y el aire hace que la mayor
parte del haz se vea reflejado, por lo que los ultrasonidos no alcanzan
apenas al paciente. Así pues, se hace necesario utilizar algún tipo de
sustancia que permita el adecuado acoplamiento y que, además, facilite
el movimiento del transductor sobre toda la zona que deseamos tratar.
Pueden utilizarse diversos geles
comerciales, que se extienden sobre la piel y permiten, de manera
cómoda, un acoplamiento adecuado; además suavizan el rozamiento al mover
el cabezal sobre la piel. Por otra parte, transmiten mejor el
ultrasonido que la glicerina, parafina o aceites, también utilizados.
El modo subacuático
de tratamiento consiste en introducir la zona que hay que tratar en una
cubeta de plástico o loza con agua y utilizar el transductor sumergido y
a distancia de la piel (1,5- 2 cm). El agua asegura el correcto
acoplamiento. Debe utilizarse cuando deseamos tratar zonas poco
regulares, como tobillos, codos o manos, en las que el acoplamiento con
gel sería más difícil.
El agua debe estar desgasificada, para
evitar el depósito de burbujas de aire entre el cabezal y la piel. Para
ello, el agua se hierve previamente; también puede ser suficiente agua
destilada a 37º C o, incluso, agua estéril, si va a tratarse una herida
abierta o úlcera.
Esquema para Lograr Efectos Deseados
SISTEMÁTICA DE APLICACIÓN
La
aplicación debe efectuarse deslizando el transductor sobre la superficie
de la piel en la región que desea tratarse, convenientemente recubierta
de gel (método dinámico). La intensidad se aumenta cuando el cabezal se
encuentra en contacto con el gel, ya que, de lo contrario, puede
dañarse el material piezoeléctrico.
Si la región es extensa,
pueden tratarse sucesivamente las distintas zonas que la componen. El
movimiento puede ser también circular y, en todo caso, debe ser lento y
homogéneo. Según la zona, en algunas ocasiones debe inclinarse el
cabezal sobre la propia piel, para aprovechar “ventanas acústicas” que
faciliten la llegada del ultrasonido a zonas protegidas. De la misma,
sobre zonas difíciles puede efectuarse el tratamiento subacuático, que
no precisa la adaptación tan perfecta entre el cabezal y la piel.
En general, no se recomienda la aplicación de forma estacionaria, es
decir, con el cabezal fijo en un punto de la piel, especialmente con el
modo continuo, ya que puede lesionarse el endotelio vascular de los
pequeños vasos sanguíneos y favorecer la agregación plaquetaria y la
formación de trombos. Con ultrasonido pulsátil a bajas intensidades,
puede realizarse la aplicación de forma semiestacionaria, movilizando
muy lentamente el cabezal sobre la piel.
NÚMERO Y DURACIÓN DE LAS SESIONES
Las sesiones pueden tener una duración de 10 a 20 minutos y suelen
aplicarse una vez al día. En las lesiones agudas, se utiliza el modo
pulsátil por espacio de 6- 8 días en sesiones diarias. En los problemas
crónicos, se utiliza el modo continuo a lo largo de 10-12 sesiones en
días alternos.
El número consecutivo de aplicaciones debería
limitarse a no más de 14 en la mayoría de las situaciones. Se dice que
más de 14 sesiones pueden reducir el número de hematíes y leucocitos,
por lo que debe esperarse varias semanas después de haber aplicado este
número de sesiones.
Se ha comunicado un caso de abuso de
ultrasonidos en un paciente que recibió tratamiento por espacio de 2
años. El paciente que recibió tratamiento por espacio de 2 años. El
paciente presentó dolor abdominal, parestesias en las extremidades
inferiores, hemorragia rectal y tenesmo. Sin embargo, ni este caso ni la
guía de 14 sesiones como máximo han podido demostrarse científicamente,
y muchos investigadores dudan seriamente de que el uso continuado de
ultrasonidos produzca algún afecto secundario.
INDICACIONES
Las indicaciones de los ultrasonidos son muy numerosas y están basadas
en sus efectos circulatorios, antiálgicos y fibrinolíticos. Casi
cualquier problema inflamatorio crónico puede mejorarse con un correcto
tratamiento por medio de ultrasonidos.
Las indicaciones clásicas incluyen:
Aparato Locomotor.
Dolores artrósicos, mialgias, distensiones, tenopatías, espasmos
musculares o puntos dolorosos de las epiconditis, epitrocleítis o
periartritis
escapulohumeral. También están indicados en
tratamientos antiálgicos de los puntos gatillo del síndrome miofacial.
En lesiones deportivas, son útiles en los síndromes de sobrecarga,
especialmente en tendones como el aquíleo y el rotuliano, que con
frecuencia sufren sobrecarga traumática.
Sistema circulatorio y nervioso.
Por su acción circulatoria y simpático lítica, los ultrasonidos pueden
utilizarse en la distrofia ósea refleja; se aplican sobre el ganglio
estelar, para provocar un bloqueo mecánico y, de este modo, aumentar el
flujo sanguíneo de la extremidad superior. Su capacidad para aumentar el
flujo vascular hace que los ultrasonidos pulsátiles sean adecuados para
el tratamiento de zonas con riego disminuido y de úlceras cutáneas
relacionadas con problemas circulatorios. También son útiles en el
tratamiento de la enfermedad de Raynaud.
Por su acción fibrinolítica,
los ultrasonidos pueden utilizarse en las cicatrices retráctiles y en
los primeros estadios de la retracción palmar de Dupuytren. También se
utilizan para liberar adherencias y para disminuir los síntomas de una
plica sinovial inflamada en la rodilla.
PRECAUCIONES Y CONTRAINDICACIONES
Los ultrasonidos tienen pocas contraindicaciones específicas. Las más
importantes coinciden con las del calor y el aumento de temperatura.
Bajo ningún concepto pueden aplicarse ultrasonidos terapéuticos, y menos
en modo continuo, sobre inflamaciones agudas de cavidades cerradas.
Así pues, una posible apendicitis aguda, una artritis aguda supurada o
una sinusitis aguda nunca deben tratarse con ultrasonidos ni con
cualquier otra forma de calor (en realidad, bastante calor tienen por sí
mismas).
Los ultrasonidos continuos no deben utilizarse en el
período agudo de los traumatismos musculosqueléticos, ya que pueden
provocar una exacerbación de los síntomas (dolor, edema). Sin embargo,
los ultrasonidos pulsados con un ciclo de funcionamiento bajo pueden
emplearse para obtener analgesia.
Una de las complicaciones
músculo tendinosas de las fracturas es la miositis osificante,
consistente en la aparición de una masa calcificada en las proximidades
de una articulación, que puede provocar una importante limitación
funcional. El lugar más frecuente de aparición es el codo, en relación
con movilizaciones pasivas forzadas e intempestivas. La aplicación
precoz de ultrasonidos, antes de la consolidación de la fractura,
contribuye a aumentar el riesgo de aparicición de esta complicación. Si
la miositis osificante se encuentra todavía en fase de desarrollo, los
ultrasonidos también están contraindicados.
Dado que la sensación de quemazón o dolor indica una sobre dosificación o técnica incorrecta, debe examinarse la sensibilidad de la zona, pues la percepción del paciente sirve como mecanismo de retroalimentación.
En presencia de marcapasos, debe evitarse la aplicación de ultrasonidos terapéuticos sobre el área cardiaca,
debido a que pueden interferir con el ritmo cardíaco y con la
conducción nerviosa, y pueden alterar las propiedades contráctiles del
miocardio. También está contraindicada la aplicación de ultrasonidos
sobre la columna vertebral cuando existe una laminectomía, porque el
tejido óseo que protege la medula se ha extirpado, lo que expone la
médula a la energía de los ultrasonidos.
Los ultrasonidos
continuos no deben aplicarse sobre áreas de insuficiencia vascular, ya
que la irrigación sanguínea puede ser insuficiente, en relación con la
demanda metabólica. Tampoco deben utilizarse sobre zonas tumorales, por el riesgo de que el incremento de vascularización favorezca la extensión del tumor y la aparición de metástasis.
Deben utilizarse con precaución cuando se aplican en la rodilla lesionada de niños o adolescentes, por la proximidad del platillo de crecimiento
del fémur, tibia y peroné. Algunos autores recomiendan que no se
utilicen hasta que el crecimiento sea ya completo, a los 18 o 20 años.
Aunque la exografía fetal es un procedimiento diagnóstico muy extendido
y sin riesgo, no se remiendan los ultrasonidos terapéuticos sobre el
útero durante el embarazo. Tampoco deben aplicarse sobre el ojo, ya que
pueden causar lesiones graves, como desprendimiento de retina, y
provocar seudocavitaciones en la interfase líquida.
A diferencia de las microondas o de la onda corta, los ultrasonidos pueden utilizarse en pacientes con implante metálico,
ya que no se aumenta en exceso la temperatura en los tejidos blandos,
aunque resulte conveniente no utilizar dosis elevadas. Cuando las
prótesis son cementadas, los ultrasonidos deben utilizarse con mucha
precaución y a muy bajas dosis.
SONOFORESIS
La sonoforesis es un sistema de transporte transdérmico, que utiliza
los ultrasonidos para facilitar la penetración de los medicamentos
aplicados tópicamente. La piel es el órgano más accesible del cuerpo
humano. Cubre un área superficial de, aproximadamente, dos metros
cuadrados y recibe cerca de un tercio de la circulación sanguínea del
cuerpo.
La efectividad del transporte de medicamentos dependerá,
en el área que hay que tratar, de la hidratación de la piel, de la
presencia de ácidos grasos, de la condición de la piel (sana o enferma) y
de la edad del paciente. La piel humana cambia con los años. El estrato
córneo es más seco en los ancianos que en los jóvenes, ya que con la
edad se reduce la microcirculación y la cantidad de lípidos. Es tos
factores limitan la absorción de los medicamentos, puesto que la piel
bien hidratada facilita la absorción de las sustancias hidrófilas y la
reducción del flujo sanguíneo limita el transporte sistémico de los
medicamentos.
Las moléculas de los medicamentos pueden penetrar
en el epitelio transcelular o intercelular a través de los canales
existentes entre las células, pero la difusión es más fácil a través de
los folículos capilares, las glándulas sebáceas y los conductos
sudoríparos. Los folículos capilares son el primer medio de difusión de
los medicamentos. La aplicación de calor previa a la administración de
los medicamentos puede dilatar los folículos pilosos y aumentar la
energía cinética y el movimiento de las partículas en el área que hay
que tratar, lo que facilita su absorción.
Tanto los ultrasonidos
continuos como los pulsátiles pueden aumentar la difusión de los
medicamentos aplicados tópicamente. El calor generado aumenta la energía
cinética de las moléculas, dilata los puntos de entrada de los
folículos pilosos y las glándulas sudoríparas, y aumenta la circulación
del área tratada, lo que permite una mayor difusión a través del estrato
córneo. También las características mecánicas de las ondas sónicas
aumentan la difusión de los medicamentos, ya que las vibraciones cambian
el potencial de reposo o provocan modificaciones de la permeabilidad de
la membrana.
Con respecto a la iontoforesis, la sonoforesis
presenta la ventaja de que las partículas de la medicación no tienen por
qué estar cargadas eléctricamente y, además, no se producen efectos
electroquímicos.
Los tres medicamentos más utilizados en la sonoforesis son:
- - Anestésicos, como la lidocaína, que bloquean los receptores del dolor.
- - Sustancias irritantes, como el mentol, también con el propósito de aliviar el dolor.
- - Antinflamatorios no esteroideos, como los salicilatos, o esteroideos, como la hidrocortisona y la dexametasona.
TABLAS Y ESQUEMAS
TABLA 1: Velocidad de propagación del ultrasonido en diferentes materiales
MEDIO | V (m/s) |
Berilio | 12.890 |
Aluminio | 2.700 |
Hueso | 3.500 |
Cartílago | 1.750 |
Músculo estriado | 1.580 |
Corazón | 1.575 |
Plasma | 1.570 |
Hígado | 1.550 |
Cerebro | 1.545 |
Vaso sanguíneo | 1.530 |
Piel | 1.519 |
LCR | 1.510 |
Grasa profunda | 1.450 |
Agua (20 ºC) | 1.492 |
Grasa subcutánea | 1.215 |
Polietileno | 920 |
Pulmón | 650 |
Aire (20 ºC) | 343 |
TABLA 2: Coeficiente de atenuación de ultrasonidos de 1 y 3 MHz
Coeficiente de atenuación (cm ¹)
MEDIO | 1 MHz | 3 MHz |
Agua (20 ºC) | 0,0006 | 0.0018 |
Sangre | 0,028 | 0,084 |
Tejido nervioso | 0,2 | 0,6 |
Vaso sanguíneo | 0,4 | 1,2 |
Grasa | 0,14 | 0,42 |
Piel | 0,62 | 1,86 |
Músculo * | 0,76 | 2,28 |
** | 0.28 | 0,84 |
Tendón | 1,12 | 3,36 |
Cartílago | 1,16 | 3,48 |
Hueso | 3,22 | |
Aire (20 ºC) | 2,76 | 8,28 |
* Haz perpendicular a las fibras
** Haz paralelo a las fibras
TABLA 3: Profundidad media (mm) en diversos medios para ultrasonidos de 1 y 3 MHz
Medio | 1 MHz | 3 MHz |
Tejido óseo | 2,1 | |
Piel | 11,1 | 4 |
Cartílago | 6 | 2 |
Aire (20 º C) | 2,5 | 0,8 |
Tendón | 6,2 | 2 |
Músculo * | 9 | 3 |
** | 24,6 | 8 |
Tejido adiposo | 50 | 16,5 |
Agua (20 ºC) | 11.500 | 3.833,3 |
* Haz perpendicular a las fibras.
** Haz paralelo a las fibras.
TABLA 4: Reflexión porcentual del ultrasonido en diferentes interfases
INTERFASE | REFLEXION PORCENTUAL |
Aluminio-aire | 100 |
Piel-aire | 99,9 |
Aluminio-medio de acoplamiento | 60 |
Músculo-hueso | 41-34,5 |
Piel-tejido graso | 0,90 |
Grasa-músculo | 0,80-1,08 |
Músculo-sangre | 0,74 |
Piel-aceite | 0,36 |
Agua-tejido graso | 0,20 |
Cabezal-gel acoplador | Prácticamente nulo |
excelente presentación, completa y muy aclaratoria.
ResponderEliminargracias
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EliminarMuy buen aporte. Gracias por la sencillez de las explicaciones.
ResponderEliminarmuy buena inf....
ResponderEliminarTrabajo en un centro de alto rendimiento y me parece fenomenal la invención de este equipo....gracias por la información, es muy clara para todos.
ResponderEliminarcomo lo puedo descargar?
ResponderEliminargracias por compartir sus conocimientos
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EliminarGracias por su informacion me parece muy interesante
ResponderEliminarmuy buen trabajo super claro! felicidades! :)
ResponderEliminarMuy completo y sencilla la forma de explicar. Gracias.
ResponderEliminarPero cual sería su bibliografía?
muy bueno el informe.Quisiera saber como es la utilización para la alopécia y tiempo de tratamiento. Muchas gracias
ResponderEliminarpor ahora no tengo esa informacion!
EliminarExelente informe soy estudiante de fisioterapia y kinesiologia... me ayudo bastante... Gracias!!!
ResponderEliminarimpresionante el artículo. Das muchísima información sobre los ultrasonidos que creo va a ser muy útil para que la gente se informe, ya que creo que a veces la gente no tiene muy claro su funcionamiento y aplicaciones para estética, rehabilitacion,etc.. Yo escribo para un blog y tengo un artículo sobre ultrasonidos segunda mano
ResponderEliminarque puede ser de utilidad si buscan información sobre venta de estos aparatos para la fisioterapia.
Me agrada la informacion, soy medico de profesion, creo que los campos de aplicacon de la medicina son muy amplios,les agradesco por esta informacion que la considero muy buena.
ResponderEliminarEXELENTE, MUY EXPLÍCITO GRACIAS
ResponderEliminarhol ame están dando en mi centro de rehabilitación para unas contracturas en la zona cervical ultrasonidos combinados con calor y una estimulación con tens. primero el calor y el tens y luego los ultrasonidos y cuando me dan estos me dan como mareos y calores repentinos, por que puede ser?? debo parar de dármelos?? es normal?
ResponderEliminar'para solicitar una cotización de un equipo igual al que aparece en la imagen?
ResponderEliminar¿Sabías que existen 2 tipos de ultra sonidos? y esto los podemos conocer aquí: cuantos tipos de ultrasonidos hay y cuales son
ResponderEliminarEl Ultrasonido transabdominal
Este ultrasonido, es el más conocido. Consiste en recostar al paciente, aplicando un gel en el abdomen y pelvis, que ayudará a transmitir las ondas sonoras.El Ultrasonido transvaginal
Este ultrasonido, obstétrico consiste en colocar una sonda dentro de la vagina, lo cual permite obtener imágenes más exactas y claras de un embrión.