El músculo esquelético voluntario es el órgano simple más grande del cuerpo humano, llega a constituir cerca del 50% del peso corporal.
El Síndrome de Dolor Miofascial (SDM) es el conjunto de síntomas y signos motores, sensitivos y autonómicos causados por el los puntos gatillos miofasciales (PGM) (Trigger Points en inglés). El punto gatillo se define como un punto hiperirritable dentro de una banda tensa de un músculo esquelético.
El término Miofascial proviene de MIO = Músculo; FASCIAL= fascia (membrana que recubre a los músculos)
La importancia clínica del dolor miofascial ha sido descripta en la literatura por fisiatras, anestesiólogos , ginecólogos, neurólogos, traumatólogos, pediatras, kinesiólogos, reumatólogos, acupunturistas, odontólogos, medicina familiar, veterinarios.
El SDM no diagnosticado a tiempo se ha convertido en una de las mayores causas de pérdida de tiempo laboral. Los medicamentos usados para aliviar el dolor crónico son costosos y una causa significativa de trastornos gastrointestinales y nefropatías entre otros. Su no diagnóstico produce un costo médico incalculable.
El conocimiento del Síndrome de Dolor Miofascial es necesario para la práctica actual y es, por definición, un trastorno no inflamatorio que se manifiesta por dolor localizado, rigidez y cuya característica primordial es la presencia de puntos gatillo. El dolor miofascial tiene tres componentes: una banda palpable en el músculo afectado, un punto gatillo y el patrón característico de dolor referido, los cuales con un minucioso examen físico y una exhaustiva historia clínica, son los elementos básicos para llegar a este diagnóstico.
El entendimiento, la identificación y sus principales características permiten ampliar los diagnósticos diferenciales y obligan a examinar adecuadamente al paciente.
Dentro de la práctica clínica de las personas que nos enfrentamos al paciente que se queja de dolor músculoesquelético, es muy frecuente encontrar como impresión diagnóstica el término ‘Síndrome de Dolor Miofascial’.
El conocimiento y
la identificación del dolor miofascial debería ser un requisito mínimo
no sólo para los especialistas que vemos en nuestra práctica diaria
pacientes con dolor muscular, sino también hacer parte de la información
básica que el médico general y el estudiante de medicina debería tener,
puesto que si tenemos en cuenta que el sistema muscular (esquelético)
es el órgano más grande del cuerpo humano pues representa
aproximadamente entre el 40% a 50% del peso corporal de un individuo,
resulta entonces inconcebible que no se tenga siquiera nociones de la
patología que afecta al mayor sistema de nuestra economía.
Si bien cualquiera de los músculos del cuerpo humano puede producir Síndrome de Dolor Miofascial, es más frecuente en la cabeza, el cuello, los hombros, los brazos, las piernas y la parte baja de la espalda. Puede presentarse en ambos sexos y a cualquier edad aunque es más frecuente en mujeres entre los 30 y 55 años que realizan trabajos sedentarios y poca actividad física.
Diagnóstico y tratamiento
Además del dolor, el paciente puede tener otros síntomas como fatiga, lagrimeo, pérdida del apetito, insomnio, sudoración, salivación, depresión o irritabilidad exagerada. Para diagnosticar la enfermedad musculoesquelética es necesario realizar una Historia Clínica completa y un examen físico completo que comprende básicamente:
• la palpación de los puntos dolorosos musculares, • la valoración de los reflejos, • la movilidad muscular, • reconocimiento de algún tipo de asimetría corporal o una mala postura, • valorar la fuerza muscular y • el nivel de estrés.
No se debe confundir al Síndrome de Dolor Miofascial con la Fibromialgia ya que son patologías diferentes si bien pueden ocurrir ambas en un paciente El tratamiento del Síndrome de Dolor Miofascial varía según la causa de éste. Incluye uno o más de estos tratamientos Fisioterapéuticos:
Distintos Agentes físicos pueden ayudar al tratamiento del Síndrome de Dolor Miofascial como el calor, crioterapia, TENS entre otras.
CAMBIO DE HÁBITOS
Limite su consumo de cafeína, alcohol y tabaco. Estos pueden hacer que empeoren los puntos gatillo. La realización de actividad física controlada puede ayudar en el tratamiento.
EJERCICIOS DE ELONGACIÓN Y RELAJACIÓN
Muchas personas logran disminuir el dolor aprendiendo a relajarse y a controlar el estrés. Las técnicas como la respiración lenta y profunda y la meditación pueden ayudar a controlar el dolor. La educación en ejercicios de elongación realizados periódicamente también colabora en el tratamiento.
CORREGIR LA POSTURA CALOR El calor húmedo puede aliviar la tensión muscular y el dolor aumentando la circulación de la sangre y relajando los músculos. Algunas buenas fuentes de calor son:
• las compresas calientes y húmedas
• baños o duchas calientes
• toallas húmedas, calentadas en un horno de microondas
DIGITOPRESION Ésta es un arte curativa antigua de la China. Consiste en hacer presión con los dedos sobre puntos clave en la piel. Se cree que al presionar los puntos en cuestión, éstos alivian la tensión muscular y promueven la circulación de la sangre y la fuerza vital del cuerpo para incitar la curación.
KINESIOTERAPIA
Es parte fundamental del tratamiento e incluye distintas técnicas que van desde la Inducción Miofascial, masoterapia para liberar la adherencia de la fascia a los músculos, educación postural, técnicas manipulativas articulatorias, etc. Debe ser indicada por el médico tratante para adaptarla a cada paciente y a cada patología. En la Fundación Rosarina de Neurorehabilitación, el departamento de servicios especiales cuenta con un número de profesionales especializados para estos tratamientos.
Síntomas
El principal signo diagnóstico de la enfermedad musculoesquelética es la presencia de los puntos dolorosos o puntos gatillo en uno o en varios músculos del cuerpo.
La palpación de los puntos dolorosos reproduce el dolor del paciente como un dolor localizado y circunscripto y que en muchos casos se acompaña de contractura muscular con aumento de la sensibilidad local (hipersensibilidad). A ese dolor el paciente lo puede referir también a otra zona distante del cuerpo al comprimir algún punto doloroso o al palpar esa zona endurecida en el músculo.
Causas
Los factores que producen esos puntos dolorosos musculares se pueden dividir en cuatro grupos:
a) Factores mecánicos: Son las posturas anormales relacionadas con el trabajo, cabeza hacia delante y espalda recargada como la del oficinista, secretarias, mala posición de la computadora, tacos altos, fajas ajustadas, alteraciones de la columna vertebral, inmovilidad prolongada; son todos factores que hacen vulnerable a una persona para desarrollar los puntos dolorosos en los músculos.
b) Factores psicológicos como la ansiedad, depresión, frustraciones de la vida diaria, estrés laboral, etc., que tienen influencia en el desarrollo del dolor muscular.
c) Factores metabólicos y endócrinos como anemia, disminución de la glucosa en sangre, síndrome premenstrual, menopausia, hipotiroidismo, producen cambios en el metabolismo energético del músculo favoreciendo la aparición de zonas ó áreas de dolor en diferentes músculos del cuerpo.
d) Las infecciones como el herpes zóster, que además de producir un cuadro de dolor llamado neuralgia herpética, también predispone a la enfermedad musculoesquelética.
El dolor residual "del día siguiente" a la liberación miofascial es habitual como consecuencia del trauma mecánico que se provoca al aplicar las técnicas de liberación.
PDF
MEDunab: Dolor Miofascial por: Enrique Avelino Estévez Rivera
Puntos Gatillos Animación en 3D
La técnica de compresión de los PGM utilizando pelotas es descrita en el libro Dolor y Disfunción Miofascial: El manual de puntos gatillos (Travell & Simmons 2002.)
Fuente: http://www.fisioterapiajl.com
El frío es muy fuerte para mí,se puede con calor ?
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